miércoles, 7 de agosto de 2013

Extensión al cielo



Que la noche venga para poder planear nuestras trampas al sol.
Que me quede dormida escuchando en susurros lo mucho que me quieres.
Que amo tus llamadas inesperadas a diferentes horas que me toman por sorpresa.
Que me haces querer gritar que existo, que estoy aquí, que te estoy llamando.
Que me dan ganas de exigirte que me mires, que me conozcas, que te atrevas, que te arriesgues, que no sabes lo que puedes encontrar.
Que no quiero poner fecha de caducidad.
Que te pasees por mis venas y les cambies el color y dejes un graffiti con tu nombre en una de las paredes de mi corazón, para que nunca se me olvide que pasaste por allí una vez. Y bucees en mi torrente sanguíneo y te sumerjas en mis ganas de comerte a besos, y me acaricies el ventrículo derecho y me dejes bien claro que ni con agua caliente podré sacarte de allí. Y me llenes, desde las raíces del cabello hasta los dedos de los pies, me tatúes tu apellido en cada poro de mi piel y te asegures de que no pueda, ningún día y de ningún modo, olvidarte. Y todo esto, solamente con una mirada.
Que las palabras se me cortan con un pequeño roce de manos.
Que mis mejillas permanecen rosadas cada que mis ojos se chocan con los tuyos.
Que mi mirada se de un portazo con la tuya y no pueda sostener la mirada mas de dos segundos.
Que las palabras se me enrredan y me hagan caer en un suspiro constante.
Que todo lo que quiero decirte sea suficiente pero no demasiado.
Que quisiera contarte todos mis secretos.
Que tu sonrisa me haga cosquillas.
Que las pocas horas que te tengo a mi lado se conviertan en eternidades.
(porque cinco minutos cogidos de la mano es la eternidad misma)
Que me dan ganas de amarte aun si apenas te comienzo a querer.
Que tengo demasiado sueño como para decir algo con sentido, y no quiero irme a la cama porque si lo hago, sé que sólo soñaré contigo
Que amor nuestras conversaciones que duran horas.
Y quiero que me cuentes tu vida de principio a fin, las partes buenas y los baches que haya podido haber en medio.
Que le quites las cadenas a mi alma y sincerarme de tal modo que hasta me falte el aliento.
Que busquemos formas en las nubes, y que identifiquemos las constelaciones, y que hagamos viajes en tren a ninguna parte, sólo por el placer de estar sentados uno al lado de otro durante horas.
Quiero una llave de tu casa en un llavero con Pepitas, y un cajón allí con mis cosas. Y un globo terraqueo en medio del cuarto. Y jugar contigo a cerrar los ojos y hacerla girar, y señalar con el dedo los sitios a los que podríamos ir juntos.
Quiero planes para toda la vida en servilletas de bar, en entradas del teatro, del cine, de la ópera, y vivir con la emoción de saber si se cumplirán.
Que cuando te presente a mis padres, pueda apretarte la mano por debajo de la mesa cuando mi padre cuente uno de sus chistes malos, y que juegues con mi hermana y adores la comida de mamá.
Que estés ahí cada vez que abro los ojos después de parpadear, y que nos vayamos de picnic al Simon Bolivar.
Quiero que poses para mis fotos y forrar las paredes de mi cuarto con miles y miles de imágenes tuyas.
Quiero una bañera llena de espuma y dos copas de champán en nuestras manos, y que tu risa se convierta en burbujas casi más reales que el aire que respiramos.
Que me lleves a la playa de noche, cuando no haya nadie, y que nos parezca por un momento que en el mundo se ha hecho el silencio para escucharnos hablar.
Que nos den igual los comentarios de la gente y que la única norma que nos importe sea la de nuestros dedos entrelazados.
Que creemos poco a poco, frase a frase, un código secreto, y poder leer en tu mirada las palabras que dirías si abrieras la boca.
Que vengas a mis comidas familiares.
Que pueda dormir en tu pecho hasta que se me olvide cómo se usa una almohada, y dejar el contorno de mi cabeza grabado a fuego en tu piel.
Quiero ver siete películas contigo sin salir de la cama, y después pasarnos treinta y seis horas sin dormir.
Que te aprendas de memoria que el frío me da dolor de cabeza, que odio las palomas, que tengo fobia a la guerra y que mis donuts favoritas son las de sabor a chantilli.
Quiero aprender a cocinar riquísimo y prepararte los domingos tu plato favorito, y dibujarte tantas veces que mi mano coja como hábito esbozar el hueso de tu mandíbula.
Quiero escribirte poesías en la espalda mientras duermes y que tengas que leerlas con ayuda de un espejo al despertarte, y quiero que tu pelo me haga cosquillas en la nariz cuando me abraces.
Y bailar en las fiestas subida en tus zapatos por si estoy cansada de mis tacones.
Quiero aprender a hablar tu idioma, aunque no haga falta porque acabemos comunicándonos con el código de tus pestañas.
Que me soportes cuando nadie más puede hacerlo, que me lleves a la playa en Febrero y que en el camino de vuelta, veamos el atardecer.
Que me enseñes, con ejemplos prácticos, el verdadero significado de la palabra Hogar.
Que vayamos a Hogwarts, aunque no nos hayan mandado la carta de admisión, y vestirnos un día en la oscuridad con la ropa más llamativa que encontremos.
Quiero llevarte a hacer un tour por todos los rincones del mundo en los que estuve antes de haberte conocido, para que me de la sensación de que estás conmigo desde que tengo memoria.
Que salves mis ansias y que me hagas fotos durmiendo, quiero que sea tu sonrisa lo primero que vea por las mañanas.
Quiero que me convenzas siempre de que no hay nada imposible si nosotros así lo deseamos.
Que no seamos nunca demasiado jovenes ni demasiado mayores.
Que quiero ser todas las cosas que no puedes ni nombrar.

Eso, justamente eso, es lo que quisiera responder cada que me preguntas.
¿Y que es lo que estás pensando?


Dedicatoria: 
A todos
¿O a nadie? 
Pero a ti.

1 comentario:

  1. "Enamorarse así, es un castigo por no poder estar solos".
    Margarite yourcenar. Fuegos.

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