Soplas, Soplas, Soplas, y la flor se deshace. Y al deshacerse la flor toma forma un deseo. De acuerdo, pero ¿el diente de león es verdaderamente una flor? De ser así, todo deseo cumplido es una flor deshecha.
Al próximo diente león, que piense en pedirle un deseo, quiero proponerle un trato: a cambio de no soplarle, a cambio de no deshacerlo, voy a pedirle que me diga qué fue de mis anhelados sueños, porque yo no consigo recordarlo.
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